jueves, 22 de octubre de 2009

Niebla en el ITESO (o Vómito Matutino en Clase de Derecho de la Comunicación)

Hoy hay niebla atorada en los pasillos y colgada en los árboles. Hay tour internacional de nubes en todo el campus. Se detienen a curiosear en las ventanas, dejando huellas goteantes en el vidrio y llevándose el calor como souvenir. Todo es agua, ríos y ríos de agua fría y condensada. Y yo tan seca.

Hoy hay ruido, mucho, mucho ruido. Hay un stand de la radio de la universidad que avienta canciones viejas de Café Tacvba, que opacan los balbuceos de mi maestra frente a una clase cruda y desvelada; los rechinidos de las sillas y golpeteos de plumas sobre los escritorios interrumpen la siesta de mi compañero de al lado, hay un coro de groupies de Aristegui que refuta la exposición de la clase sobre la radio de Televisa… hay ríos y ríos de voces con argumentos sustentados en La Jornada. Y yo tan muda.

Hay un mitin de pubertos preparatorianos. Camiones atascados de ellos; niños cargando bolsas con promocionales estorbando las vías alternas, y mocosas con faldas de cuadros que levantan chiflidos y gritos obscenos por parte de los ingenieros. Son ríos y ríos de extraños aglomerados en los pasillos, en las cafeterías, en los jardines, en la biblioteca, frente al espejo de los baños de mujeres… y yo tan sola.
Hay una mancha gris en mi vista panorámica. No veo nada tres metros adelante. El día parece estar anunciando tragedias, llovizna pasajera y temperaturas que no rebasarán los veinte grados centrígrados. Probablemente habrá un tráfico divino en las arterias principales y choques tontos de señoras en mamamóviles y jóvenes imprudentes en sus deportivos/cajas de zapatos. Hay ríos y ríos de tristezas grises desparramadas en toda la ciudad.
Y yo tan feliz.

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