Para Ángela, por su milagro en clase de Introducción a la Profesión
Mira que eres curiosa. Las cosas que tienes que arruinar para darte cuenta que es tiempo de seguir adelante.
Te quisiste esconder en la biblioteca de la universidad como lo hacías antes, pero, oh sorpresa, ya no te funciona. La solemnidad de libros cerrados y el olor a polvo no te reconforta más. Te diste un break de la comida y te protegiste en tus audífonos para no pensar; incluso olvidaste las buenas maneras y evitaste a gente que sabías que te pediría cuentas.
Pensaste y repensaste y re-repensaste ad nauseam. Consultaste con cuanto cristiano te topabas en los pasillos qué diablos hacer con esta coyuntura emocional, porque, hay que admitirlo, eres brillante para unas cuantas cosas… pero para las relaciones humanas eres re’ pendeja.
Mira que eres curiosa. Las cosas que tienes que arruinar para darte cuenta que es tiempo de seguir adelante.
Te quisiste esconder en la biblioteca de la universidad como lo hacías antes, pero, oh sorpresa, ya no te funciona. La solemnidad de libros cerrados y el olor a polvo no te reconforta más. Te diste un break de la comida y te protegiste en tus audífonos para no pensar; incluso olvidaste las buenas maneras y evitaste a gente que sabías que te pediría cuentas.
Pensaste y repensaste y re-repensaste ad nauseam. Consultaste con cuanto cristiano te topabas en los pasillos qué diablos hacer con esta coyuntura emocional, porque, hay que admitirlo, eres brillante para unas cuantas cosas… pero para las relaciones humanas eres re’ pendeja.
Y al final, tu epifanía te la encontraste ayer en un salón asfixiante de clase de 4 de la tarde, con tu heroína colombiana Miss Godoy y sus ‘vainas’ y elocuencias verbales exquisitas. Es tan sencillo…
Tu pasión, querida tronca emocional, ¿cuál es tu pasión?
Corres al estacionamiento de la universidad, te subes al coche, prendes la radio, y crees escuchar en la voz de Noel Gallagher “you know that it’s time to wake up, wake up” (sabes que la canción no va así, pero esta fe de erratas es perfecta para tu revelación cósmica de pacotilla).
Y despiertas en tu amada Avenida López Mateos, y te das cuenta de tu estómago vacío, tu desmadre de papeles en el asiento, tus uñas mal cortadas, tu expresión facial descompuesta… y tienes hambre, sí, por fin tienes un chingo de hambre; y tu cabeza empieza a carburar y enlistar todos los pendientes con tu vieja meticulosidad histérica. Y puedes recordar todas las otras cosas que te apasionan, por las que también te desvives y te emocionas como quinceañera vestida de colores pastel. Tus otros planes, tus otras metas.
Y hoy vuelves a levantar la cara y avientas sarcasmos de defensa personal, buscas qué libro leer, sacas tu pobre guitarra arrumbada, vuelves a llenar tu agenda, a preocuparte por el poco tiempo que tienes para hacer las cosas y a comprar comida chatarra en la cafetería, con tu habitual complejo de culpa intrascendente. Vuelves a mirar tus tacones arrumbados y piensas, chingue su madre, ahora me los pongo y les doy el valor superficial que les corresponde; ya no son el símbolo de mi vida de periodista en pausa… son unos pinches tacones bien altos que a ver si no azoto con ellos hoy en la noche.
Oh, Adris, you´re back.