domingo, 27 de septiembre de 2009

Parabrisas

El tiempo –o más su ausencia– fue el pretexto
El contrato entre líneas
La felicidad caduca
Partida en cincuenta y ocho días
Disuelta en veintitantos cafés
Que rodó por la sala
Sonrió en su cama
Acarició a su perra sorda
Besó su nariz
Y se fue

Y ahora llueves
Cómo llueves

Sabes
Que nada ha cambiado
Que los lugares son los mismos
Y el tiempo no ha perdido el ritmo
Hoy abres los ojos y repites
La rutina que tanto amabas
Y te sabe agria hueca inútil

Y llueves
Cómo llueves

Te deshaces en agua salada
Frente a un parabrisas empapado
Con una canción cursi de fondo
Tocando una guitarra con cinco cuerdas
En la esquina de La Selva
Goteas por todos lados
Con tu taza a medias
Rota
Estás rota
Cómo llueves

Pasarán los días, dejarás de esperar
Su nombre no te asaltará en las esquinas
No escucharás su voz
Ni sentirás sus manos
En ti
En cada espacio
Dolido y frágil de ti
Pero, hasta entonces
Hasta ese amnésico entonces
Llueves
Porque no te queda nada que hacer
Llueves
Porque esperas secarte y dejar de correr

Llueves
Cómo llueves

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