miércoles, 25 de noviembre de 2009

Taconeo, ergo sum

Soy mujer y escribo.
O escribo porque soy mujer.
No.
Soy mujer. Escribo. Ninguno es consecuencia de lo otro.
Pero, ¿es posible callar mi sexo?
¿O se lee entre líneas?
La fragilidad, el deseo
Las partes íntimas bañadas de letras
El fonema manchado de lápiz labial
Rojo. Rosa. Labios pálidos, entreabiertos
Bocas dulces y mordisqueadas
Susurrando en oídos extraños.

Soy mujer y escribo.
Pero mi voz quiere mutar y ser más ronca
Jubilarse del rastrillo
Y cambiar los tacones por las botas
Mi pluma puede esconder los holanes
Si me lo propongo.
Porque escribir, a veces,
Exige habitar otros cuerpos.

Pero, ya sé, te das cuenta
Me escuchas de puntillas detrás de la página
Soy demasiado cursi,
Demasiado fatalista
¿Para qué esconderme si sabes que soy yo?
¿Para qué me disfrazo y me matizo?
Si a nadie le importa
Si la mano que lo escribe usa medias o calcetines
Mientras le llegue a rincones del alma
Que no sabía que tenía

Soy mujer. Escribo.
No soy una cosa sin la otra.
No existo con una sola mitad.
No soy. No puedo ser.
Y no sé qué hacer.

2 comentarios:

  1. gracias. Esto debería de ser un himno, un tantra, un obituario que me quiero robar.

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  2. cuando quieras :). Al final de cuentas, esta servilleta es sólo una hablando por todas nosotras

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