martes, 19 de octubre de 2010

No mames, güey, no seas culero, güey, vamos por unas chelas, güey

Sentarse en la Plaza de los 50 Años del ITESO es un suplicio para una mujer sin audífonos. Un reverendo suplicio. Invariablemente, hay que compartir la mesa con un ingeniero, que junto con sus compas destruye el lenguaje de Cervantes, recitando las diferentes conjugaciones y derivados de chingar, llamándole güey hasta a su madre, y agregándole el adjetivo pinche a cualquier sustantivo que ose cruzarse por su lengua.

Todos son cabrones, pendejos, putos y viejas rete culeras. Demeritan de maneras impensables su miembro masculino, usándolo como adjetivo, pronombre, adverbio… todo mundo se las croma, pero, bueh, al menos en espíritu, a los pobres.

Todo tiene doble sentido y referencia directa con alguna posición sexual (la cual, de seguro no han probado en su chaqueteada vida).

Hay que soportar sus chistes obscenos que, para colmo, son malos, misóginos, y excedentes de altisonantes. Hay que escuchar con paciencia budista OTRA más de sus pedotas y la pinchi vieja que me agarré, güey. Pueden hablar animadamente por cuarenta y cinco minutos con punto y coma y santo y seña sobre cada detalle inútil de sus crudas y sus coches. Y YA. No hay más. Se despiden cual homies en su barrio, y planean en su apretada agenda OTRA sacrosanta ida por unas chelas.

Los ingenieros del ITESO (no, ya sé, no todos, pero sí más de los necesarios), a falta de léxico, coeficiente y buenas cogidas, arruinan lo sabroso de maldecir. Son un asco con sobrepeso y déficit de sustantivos, que ojalá sean siempre presa de los retenes, los abusos de poder del cuerpo policiaco, y las mujeres apretadas.

6 comentarios:

  1. Aguas con generalizar. Hay ingenieros que sabemos hablar y algunas veces escribir.

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  2. Tienes toda la razón. Coincide que cada vez que me siento en ese lugar me toca escuchar precisamente a ingenieros. Supongo que algunos licenciados no siempre se quedan atrás, de todos modos.

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  3. Te recomiendo los jardines alrededor de la biblioteca o la cafe de la biblioteca si quieres tranquilidad.

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  4. Hey adriana
    Me encantó tu texto. Soy cordinador de un proyecto para compartir literatura y poesía. Una especie de micrófono abierto para las palabras, ahí mismo en el ITESO. Se llama Dime Poesía, quizás lo hayas escuchado. Un amigo mío me pasó tu blog y apenas leí este texto quise ponerme en contacto contigo.
    Voy a leerte más.
    Deberías buscarnos e ir a compartir tu trabajo.

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  5. Aguas con el "cordinador", ¿en serio lo habrá leído?

    Tienes cosas mejores. A mi parecer esto es como una denuncia/berrinche.

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  6. jajaj pinchi adris.

    Y qué pedo con el cordinador jaja. Según yo el que cordina es Memo Jáuregui. Y super según yo, sé que con Dime Poesía estás más que familiarizada.

    Y bueno, sí es muy común ver a ingenieros proferir todo eso que dices. Se magnifica en los gritos del "d", pero hay inges como jos Velasco que sí caen re-bien (wink, wink).

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